“El arte lava del alma el polvo de la vida cotidiana” Pablo Picasso.
Mucho se habla sobre la belleza del arte y cómo enriquece al mundo pero pocas veces escuchamos sobre los beneficios para el cuerpo y mente que nos brinda el practicar con nuestra creatividad y crear arte. Hoy vamos a hablar sobre el poder y efectos en nuestros cerebros de hacer artes plásticas.
Las actividades creativas como la pintura, dibujo y escultura suelen ser clases a las que llevamos a los niños para entretenerse o que adoptamos como adultos por curiosidad. Sin embargo muchas veces no sabemos que éste tipo de actividades cambian de manera positiva la forma en que nuestra mente funciona, tanto en niños como en adultos.
Algunos de los efectos son:
- Terapia: siendo una actividad generalmente personal, las personas al pintar se encuentran en un mundo lleno de posibilidades, te permite aislarte de lo externo y enfocarte en la actividad que realizas dándole un descanso a la mente, reduciendo el estrés y generando relajamiento y felicidad.
- Comunicación: la pintura se vuelve una forma más de expresión, una manera de decir lo que muchas veces encontramos difícil de hablar o para lo que no encontramos palabras. Le permite a los niños expresar pensamientos complejos y a los adultos a transmitir emociones y conocimiento.
- Inteligencia emocional: al pintar aprendemos a manejar nuestras emociones, a expresar lo que sentimos a través de un medio físico y a apreciar la opinión de los demás y el valor de lo que los otros crean; nos enseña que no siempre las cosas salen como lo imaginamos pero que siempre hay una posibilidad de empezar de nuevo y de desarrollarnos.
- Estrategia: la pintura exige de nosotros planear lo que se va a crear y a buscar alternativas de forma racional y analítica cuando nos enfrentamos a una dificultad, nos pide elegir los materiales adecuados y aprender nuevas técnicas para conseguir efectos, nos alienta a buscar nuevas herramientas que a veces encontramos reutilizando materiales o reciclando desde la naturaleza o incluso con desechos. Por lo tanto una actividad que generalmente se considera del lado derecho del cerebro nos ayuda también a desarrollar la parte izquierda y a enfrentar los retos de la vida diaria con más seguridad.
- Función motora: la pintura y escultura nos enseñan a utilizar nuestras manos y a desarrollar nuestra capacidad de hacer trazos delicados, es excelente para los niños y para las personas mayores pues ayuda a mantener sus manos hábiles.
Además de estos beneficios, la creación de artes plásticas tiene la ventaja de ayudar a las personas a desarrollar su capacidad mental y adaptarse al estrés y la adversidad, lo que ha sido comprobado con estudios científicos. En un estudio realizado en Alemania con personas de 62 a 70 años de edad, concluyó que la creación de arte retrasa e incluso detiene el deterioro de ciertas funciones cerebrales relacionadas con la edad. En el estudio “Cómo el arte cambia tu cerebro: efectos diferenciales de la producción de arte visual y la evaluación cognitiva de arte en la conectividad funcional del cerebro”, los investigadores enviaron a la mitad de la muestra a una clase de pintura y dibujo de dos horas semanales durante 10 semanas, y a la otra mitad a clases de apreciación artística donde analizaban y hacían crítica de obras artísticas. Al inicio y al final de las clases los participantes fueron estudiados usando tecnología MRI para medir su capacidad de adaptación a situaciones estresantes. Al comparar los resultados se encontró una mejora significativa en el grupo que tomaba las clases de pintura y dibujo además de un incremento en los niveles de conectividad funcional asociados con la introspección, auto monitoreo y memoria. Todo éste conjunto de efectos positivos llevan a su vez a un incremento en la confianza en sí mismo y probablemente fue lo que ayudó a mejorar sus resultados en el examen de adaptación al estrés.
Un segundo estudio, realizado en tres ciudades de Estados Unidos durante un periodo de 5 años con personas de 65 a 103 años de edad, señaló que los participantes que estuvieron participando en programas de arte comunitarios demostraron un incremento en su salud y prevención de enfermedades así como un impacto positivo en la independencia y capacidad de valerse por sí mismos.
Sin lugar a dudas, Picasso tenía razón cuando decía que el arte limpia el alma del polvo de lo cotidiano, y ¡quizás también de nuestros cerebros!