¿Que ansia verdad? Tu queriendo ser positivo(a), esforzándote por mantener una actitud optimista y pensamientos alegres, y pareciera que la gente a tu alrededor adrede intentara hacértelo más difícil.
Como sabes, esta página la empecé precisamente con el objetivo de transmitirle buena onda a todo el que se deje, la idea es compartir optimismo y fomentar una cultura de felicidad, de que todo es posible, de que sí se puede.
Pero te voy a ser sincera, si bien conscientemente me esfuerzo por practicar y mantener la actitud que me gustaría que todo el mundo a mi alrededor tuviera conmigo- alegría, optimismo, empatía-, te voy a confesar algo, la verdad es que he tenido una ventaja que, sé muy bien, no todos tienen.
Soy una persona generalmente positiva que no puede evitar pensar que todo es para bien y que siempre hay algo bueno en todo lo que sucede- pero el mérito no es mío. Yo lo heredé.
Mi abuelita QEPD me enseñó a decir siempre pa´delante, y cuando te enseñan a decir algo así de poderoso no sólo hablas en positivo, sino que piensas, crees y vives en positivo, más que porque te lo digan, porque te lo muestran. Es algo que se contagia.
No puedo evitar preguntarme, bueno ¿y cómo le hace la gente que no ha tenido esta “suerte”? ¿qué sería de mí si en vez de tener ejemplos positivos estuviera rodeada todo el tiempo de negatividad? ¿qué podría hacer?
Si tú estas en esta situación, si tu familia no tiene precisamente la mentalidad optimista que tu sí manejas o quisieras desarrollar, o tal vez tus compañeros de trabajo son muy difíciles (que son como una segunda familia porque los ves más que a tus papás), tal vez te sirva que te comparta lo que me pasó a mí.
Un tiempo tuve una compañera de trabajo que es así, de verdad la mujer jamás dice algo positivo, es la típica persona a la que le dices ¡buenos días! con la más grande sonrisa que jamás has puesto, y ella te contesta ¿qué tienen de buenos?… ¡la neta agüita!, hasta que dejas de permitirlo. Es un proceso, tan rápido como tú lo quieras. Para mí, fue primero intentar ganármela, siendo extra-amable para tratar de llegarle un poquito y hacerla sonreír, pero honestamente llego un punto en el que vi que ella no iba a ceder y yo sí estaba gastando mucha energía tratando de forzar algo que no iba a pasar. Entendí que no puedo cambiar a nadie, puedo sólo cambiar yo.
Si tu estás tratando de hacer esto de querer “ayudarle” a alguien más, no te voy a decir que dejes de hacerlo, sólo ten cuidado de que no pierdas el enfoque como lo perdí yo; el foco debes ser tú, ser mejor persona tú, y no querer que el/ella cambie porque se te puede ir la vida esperando ver algo que quizá nunca vayas a ver.
Por el contrario, cuando nos ocupamos de ser mejores personas nosotros mismos, poco a poquito e incluso sin echarle muchas ganas iremos iluminando un poquito de la oscuridad a nuestro alrededor. Ojo, sin forzarlo, te repito, sin querer obligar a nadie, más bien lo haremos por nosotros mismos, por nuestra felicidad y nuestra paz mental, y tarde o temprano, mucho o poco, pero mejorarás el ambiente en el que vives, no porque sea algo que busques sino porque es inevitable. Lo negativo se pega, ¡y lo positivo también!
Lo quieras o no, lo cierto es que en tu vida influirás en cientos de personas; la cuestión es, ¿de qué manera quieres influir? Todos dejamos huellas, ¿qué tipo de huella quieres dejar?.
No tienes que ser una figura pública para afectar positivamente a tus familiares y amigos, un simple qué bonita te ves, se te ve súper bien el color rojo, te quedó riquísima la comida, me gusta la manera en que haces tal o cual cosa, pueden hacer una gran diferencia en el día, y eventualmente en la vida, de una persona.
Si sientes que vives entre gente negativa, primeramente parte de una mentalidad de comprensión, de tolerancia y empatía- todos somos quienes somos porque lo que hemos vivido, todos tenemos una historia, por ende tenemos que esforzarnos en aprender a no juzgar. El solo intentar practicar estas virtudes que implican respeto y mucho amor, te hacen una gran persona. De ahí lo único que puede pasar es que aceptes a las personas tal y como son y te enfoques en TU optimismo, TU actitud positiva y TU felicidad.
La actitud positiva es como el perfume, a donde quiera que vayas la van a oler.
Con mucho cariño.