Los ciudadanos de Estados Unidos elegirán a un nuevo presidente el 8 de noviembre, pero alguien, aunque involuntariamente, ya “emitió” un voto importante.
Se trata de los Washington Redskins, que han sido ligados con el resultado de los sufragios presidenciales desde hace 76 años con la famosa “Redskins Rule”, la cual destaca el desempeño de la franquicia de la capital estadounidense en su juego como local previo a la elección.
La regla, observada en primera instancia en el 2000 por el vicepresidente ejecutivo de Elias Sports Bureau, Steve Hirdt, estipula que si los Redskins ganan su último juego en casa previo a la elección presidencial, el partido gobernante se mantendrá en la Casa Blanca. Si Washington pierde, el partido en la presidencia también pierde.
Bajo esta premisa, la regla ha acertado en 17 de las últimas 19 elecciones.
Los Redskins jugaron su último partido como locales en la Semana 6 ante los Philadelphia Eagles y ganaron 27-20 antes de salir de gira a Detroit y Londres para enfrentar a los Lions y a los Cincinnati Bengals en duelos que perdieron y empataron, respectivamente.
En la Semana 9, Washington descansará.
En resumen, el partido político en el poder ha ganado nueve elecciones consecutivas cuando Washington gana su juego previo al sufragio.
Con el triunfo sobre los Eagles, los Redskins rompieron una racha de dos derrotas en su último juego como locales previo a una elección y es aquí donde apareció la excepción a la regla, en este caso, a la Redskins Rule.
En 2012, los Redskins cayeron en su partido en casa previo a la elección presidencial de ese año que presentaba como candidatos al ya presidente Barack Obama por el Partido Demócrata y al senador Mitt Romney del Partido Republicano.
Washington perdió ante Pittsburgh, lo que predecía el triunfo para Romney, pero fue Obama quien ganó la elección para cumplir su segundo y último periodo en la Casa Blanca.
Comprender la Redskins Rule es simplemente inútil, pues parece ser una de esas cosas inexplicables que simplemente suceden y llaman la atención de propios y extraños, incluidos los candidatos presidenciales de 2016, Hillary Clinton y Donald Trump, quienes quizá estén bien informados de la repercusión del triunfo de los Redskins el pasado 16 de octubre, algo que seguramente dibujó una gran sonrisa en el rostro de la candidata demócrata y provocó frustración en el aspirante republicano.
vía espndeportes.com