Un gran número de botellas de cerveza rotas abrió paso a los seguidores del Leicester, que continuaron celebrando el campeonato de su equipo hasta pasada la media noche del domingo.
«Campeonas de Inglaterra, sabemos lo que somos», entonaron miles de aficionados.
Algunas personas alrededor del mundo no lo sabrán. Y tal vez, cantarlo les recuerde a los aficionados del Leicester que el último año es una realidad y no una fantasía deportiva.
No sorprendió que la Enfermería Real de Leicester reportara el doble de pacientes habituales durante los festejos del sábado, la mayoría por lesiones leves o por incidentes relacionados con el alcohol.
Fue tal la demanda que se les pidió a las personas que evitaran buscar atención médica a menos que fuera un asunto urgente. «Si aún sienten los efectos del juego del Leicester de ayer. Si no tienen que venir a emergencias, por favor no lo hagan».
El domingo fue el séptimo día de campeonato más improbable de Inglaterra desde que se establecieron las ligas locales en el siglo XIX.
Una tarde antes se les entregó el trofeo de plata con una corona dorada de la Premier, luego de que vencieran 3-1 al Everton con un despliegue que demostró que tomarán en serio los últimos dos juegos del calendario.
«Es increíble, ya vieron el espíritu de equipo que tenemos», dijo Jamie Vardy, el máximo goleador y que aumentó su cuota a 24 tras el doblete del sábado. «Es un escándalo la unidad que tenemos. Literalmente somos como hermanos.
«Cuando terminan los juegos y los entrenamientos, todos comemos juntos, nos mantenemos todos en contacto. Esa unidad demuestra el tipo de equipo que somos y eso se refleja en el campo cada semana».
Pero hasta el técnico Claudio Ranieri acepta públicamente que este podría ser el punto más alto del equipo, que perdió apenas tres juegos de liga luego de iniciar con momios de 5.000 a 1 para ser campeones, y eran vistos como candidatos al descenso.
Ahora, los técnicos rivales se preguntan si los campeones improbables serán la nueva tendencia en la liga.
El Arsenal pasa por una sequía de 12 años pese a gastar mucho más que el Leicester, que completó un ascenso de siete años desde la tercera división hasta el campeonato.
«Tal vez el próximo año surja un equipo inesperado y sorprenda a todos», dijo el entrenador del Arsenal, Arsene Wenger. «Ahora todos los equipos ingleses tienen más dinero. Ahí está el West Ham, que estrenará estadio y eso les abre más opciones financieras. De igual forma, el Tottenham alista un nuevo estadio.
«Así que en unos años más, el potencial en Inglaterra estará mucho más compartido que en otros lados, y se pueden dar más sorpresas».
Un aficionado del Manchester United se presentó el sábado al Leicester con un cartel que decía: «Un trofeo ganado, no comprado».