El chocolate es una de las cosas más deliciosas que existen, hay numerosas presentaciones y combinaciones que enamoran a cualquiera, una de ellas es el chocolate de metate también conocido como chocolate de mesa y tiene una historia maravillosa.
El chocolate se obtiene de un árbol llamado Theobroma cacao originario de las zonas tropicales de América, este árbol produce unas vainas que contienen las semillas que se utilizan para la fabricación del chocolate.
Los aztecas tenían la creencia de que el cacao era un regalo del Dios Quetzalcóatl, era tan importante para ellos que los emperadores aztecas tenían almacenes para guardar las semillas como un tesoro. Los mayas lo usaban para hacer una deliciosa y energetizante bebida y la ofrecían a sus Dioses en sus ritos. También lo utilizaban como moneda.
El cacao llegó a Europa cuando Cristóbal Colón en su regreso del Nuevo Mundo en 1502 llevó cacao para el rey, pero no mostraron mucho interés. Veinte años después tras la conquista, Cortés probó una bebida de chocolate en la corte de Moctezuma llamada “Xocolatl” la cual era preparada con cacao, algunos condimentos nativos y chile. Era servida fría y coronada con espuma y decidió llevar cacao a España nuevamente. Se dice que en esta ocasión fue acompañado de varios nativos que llevaron jícaras, molinillos y metate para hacer la preparación de esta bebida la cual en un principio no tuvo mucho éxito por ser una bebida amarga pero fue evolucionando y tomando popularidad.
En España le agregaron azúcar de caña con condimentos del Viejo Mundo como la canela y anís y empezaron a servirla caliente. En poco tiempo se convirtió en una bebida muy popular y la empezaron a consumir los aristócratas españoles y por los enlaces matrimoniales entre diferentes monarquías se fue extendiendo el gusto por esta deliciosa bebida en todo el continente Europeo.
Fue tanta la popularidad que llegó a convertirse poco a poco en un “vicio” tan inocente que entró a los conventos sin ninguna restricción y como lo consumían mucho, la iglesia llegó a agregar como quinto voto para las Carmelitas descalzas no beber chocolate ni ser causa para que otro lo beba.
En América Virreinal el consumo era cada vez más popular, en Chiapas en la iglesia del obispo Bernardino de Salazar los discursos eran tan largos que las señoras de sociedad hacían que su servidumbre llegara a repartir a media misa jarros con espumoso chocolate caliente y panecillos y fue tanto el enojo del Obispo que prohibió su consumo, indicando que sería excomulgado quien consumiera chocolate en la iglesia. El colmo es que esta prohibición terminó con el fallecimiento del Obispo tomando una taza de chocolate que le invitó una señora que además de la bebida contenía una sustancia venenosa. Pero fue durante ese tiempo que estuvo prohibido el consumo de chocolate en la iglesia que se empezó a consumir sólido en tablillas.
Es impresionante lo que el chocolate ha provocado en el mundo a lo largo de tantos años pero sin duda alguna es un regalo maravilloso que debemos de disfrutar.
Actualmente consumimos chocolate caliente de tablillas, te recomiendo ampliamente que busques un producto menos comercial, lo más natural que encuentres porque el sabor créanme que cambia muchísimo y se siente de inmediato la diferencia. ¿Cuál es la diferencia? Simplemente sientes el olor profundo y el delicioso e inigualable sabor del cacao puro, tostado y ligeramente endulzado… Todo esto en un solo sorbo tibio y espumoso de chocolate en tu boca.
El chocolate de metate es común encontrarlo en regiones cacaoteras de nuestro país, donde hay indígenas artesanos o trabajadores de estas plantaciones que hacen este delicioso producto de buena calidad y en otras ciudades hay chocolateros que también lo producen artesanalmente y nada comparable con el tradicional chocolate que vemos en cualquier supermercado.
Reúne a tu familia y disfruten esta maravillosa herencia de nuestros antepasados.
Consume chocolate mexicano, con olores y sabores profundos, con sabor a nuestra infancia, a momentos dulces con la gente que amamos, con sabor a vida, con sabor a amor.
Te deseo muchísimo éxito en tus proyectos, endulza tu vida y disfrútala junto a tus personas favoritas.
Y para despedirme una frase “La vida es como el chocolate a veces dulce, a veces amarga pero siempre es delicioso vivir”. ¡Hasta la próxima!