Ya casi llega la fecha en la que en nuestra cultura preparamos altares para recordar a las personas que con su existencia hicieron la nuestra más valiosa. Es por este motivo que en esta ocasión hablaremos del pan de muerto. ¿Conoces el origen de esta dulce tradición?
El origen de esta tradición surge antes de que llegaran los españoles a conquistar México. Hay registros de celebraciones de algunas etnias que hacían rituales para celebrar la vida de sus ancestros hace más de tres mil años, pero cuando llegan los españoles a México no estaban de acuerdo con esas celebraciones y rituales con sacrificios por lo que crearon el pan de muerto inspirados en dichos rituales.
Los españoles con afán de evangelizar a la población cambiaron la fecha de esta festividad, la cual inicia el día en que los católicos celebramos a todos los santos el 1 de Noviembre y el día de los fieles difuntos, 2 de Noviembre ya que antes de esto esta celebración del día de muertos se llevaba a cabo en el noveno mes del calendario azteca.
Hablando del pan como tal, se ha ido modificando desde esos tiempos hasta nuestros días ya que al inicio se elaboraba de diferentes formas y algunas variantes en los ingredientes hasta que se convirtió en lo que hoy conocemos como pan de muerto. La forma de este pan tiene significado, es redondo simulando un cráneo y tiene huesos simbolizando a la muerte.
Si tienes oportunidad y te gustaría intentarlo te sugiero elaborarlo en tu casa, ninguna pieza de pan de muerto comprada podrá superar el sabor del pan casero. Las recetas son sencillas y si involucras a la familia al hacerlo creo que disfrutarán muchísimo compartir esta emotiva y deliciosa experiencia. Y que mejor motivo que recordar juntos a las personas que tanto amamos y no podemos ver pero si honrarlos con nuestras vidas.
El pan de muerto se elabora con harina, aceite, ralladura de naranja y limón (aunque en algunos lugares la omiten), mantequilla, huevos, levadura, azúcar y su característica esencia de azahar, esta no es fácil de conseguir pero puedes comprar flores de azahar y hacer una infusión.
Como mexicanos debemos preservar nuestras tradiciones y en particular esta festividad cuya raíz es sin duda el amor, amor la vida, a nuestros antepasados, a todas las personas que solo por haber compartido con nosotros su tiempo le dieron sentido a nuestra existencia.
Si no pones un altar por lo menos pueden compartir en familia pan de muerto y unirse en memoria de los que ya no están, hablar de ellos, recordarlos con amor y celebrando su encuentro con nuestro creador y que a pesar de su ausencia a nuestra vista siguen viviendo en el corazón de cada uno de nosotros.
Sigamos disfrutando de nuestra gastronomía y tradiciones siempre conscientes de que cada receta trae consigo una parte de nuestro país.
Que tengan muchísimo éxito en todos sus proyectos, disfruten mucho cada instante de sus vidas y sean felices porque para eso nacimos.
Y para despedirme una frase: “Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte”.
¡Hasta la próxima!