En este mes en que celebramos a México y nos sentimos más orgullosos de ser mexicanos y de nuestras raíces y costumbres no podemos dejar de hablar del pan.
Esos panes suaves, esponjosos y de apariencia deliciosa, con colores y decoraciones llamativas que a lo largo de toda nuestra vida hemos consumido y nos han conquistado desde el momento en que vamos a una panadería, son una tradición en todo nuestro país.
Todos los días muchísimas familias mexicanas los consumen y a cualquier hora es bienvenido, por la mañana es delicioso acompañar el desayuno con un bísquet o una concha con un café, en la comida hay muchos hogares donde no falta el famoso bolillo y por la cena ¿que tal un croissant?
Son innumerables los nombres de las diferentes piezas deliciosas y es gracias a los españoles que el pan llegó a México en la época de la Colonia. Fueron ellos quienes enseñaron a los indígenas a preparar estas maravillas y con el tiempo los indígenas fueron mejorando en el arte de la panadería, ya que de inicio ni los mendigos consumían el pan que ellos elaboraban. Ya cuando se gestó la independencia el pan ya era un alimento delicioso y de alto consumo en México.
Y es que como no ceder ante el olor de esta delicia que al visitar cualquier panadería simplemente nos hipnotiza.
Y ¿porqué lo llamamos así? ¿Dona? ¿Concha? ¿Oreja? ¿De dónde provienen todos esos nombres?
La mayoría de los nombres del pan dulce se derivan del francés y hacen alusión a su forma.
La Concha: Este es un pan redondo con una cubierta elaborada a base de mantequilla o manteca con azúcar, tiene ese nombre porque su cobertura de azúcar simula una concha de mar y de ahí se deriva su nombre, las encontramos de vainilla y chocolate.
Dona: se dice que gracias a Hanson Gregory existe esta maravilla, él fue un marinero que estaba cansado de que el centro del pan no estuviera frito y al desesperarse tomó un pimentero y cortó un hoyo en el centro. La dona es conocida en muchos lugares del mundo con diferentes nombres; donut, rosquilla y berlina entre otros. Es un pan elaborado de una masa liviana que a diferencia de otros panes se fríe en lugar de hornearse. Se presenta cubierta de azúcar o algún glaseado y tiene por excelencia muchísimas presentaciones siendo uno de los panes favoritos de chicos y grandes.
Croissant: significa crujiente, este pan no es francés, la historia indica que los turcos querían invadir Viena y su estrategia fue trabajar solo por las noches para que no los descubrieran, los panaderos como tenían que trabajar por las noches porque algunas recetas así lo demandan se dieron cuenta de este suceso y evitaron la invasión salvando a Viena, el emperador como gesto de agradecimiento les concedió algunos privilegios y ellos por regresar el gesto crearon el croissant como burla a los turcos. Este pan en casi todo el mundo se le denomina croissant, en México también lo conocemos como cuernito.
La oreja: esta está inspirada en la forma de una planta cuyo nombre es “oreja de elefante” , este pan tiene la misma figura y se elabora a base de pasta de hojaldre y azúcar.
Bísquet: este nombre se deriva del inglés “biscuit” es un pan que tiene una cocción como la de un bizcocho y una de sus características es que es un pan un poco duro.
Cochinito: Este pan se le denomina así por su figura, es un pan hecho a base de piloncillo por lo que tiene un característico dulce sabor.
Estos son solo unos ejemplos sin dejar de lado las mantecadas, las campechanas o almohadas, las carteras, los cuernos de crema, los polvorones, garibaldis, los abrazos y muchos otros panes que son una delicia.
Es maravilloso el mundo de la panadería y su increíble historia en nuestro país. Disfrutemos ser mexicanos, disfrutemos esta deliciosa costumbre de compartir el pan con nuestra familia y amigos, disfrutemos sus sabores, olores, texturas… ¡Disfrutemos México!
Es maravilloso ser mexicano. Celebremos México, celebremos sus costumbres y su cocina. Celebremos la vida y celebremos el privilegio de haber nacido bajo este cielo.
Les deseo muchísimo éxito en sus proyectos sin perder de vista que lo más importante no es lo que hagas sino que lo hagas feliz.
Y para despedirme una frase muy mexicana: “Panza llena, corazón contento”.