Nació el día en que se celebraban los primeros 100 años de la consumación de la Independencia de México, un 27 de septiembre de 1921. Cuentan que la partera apenas la entregó en brazos de su madre y salió corriendo hacia la hoy Plaza Hidalgo a ver los fuegos artificiales que, alrededor de todo el país, se habían dispuesto para festejar tan importante ocasión.
A partir de ahí y hasta el 4 de febrero de 2014, la vida de Dolores Guerrero Lara fue de una constante entrega a su familia y a los que más quería. Siempre estuvo ahí. Dispuesta ayudar a todos los que pedían su mano, sin importar si eran ingratos o recíprocos. Siempre antepuso el bienestar de los demás por encima del propio.
La conocí en las primeras semanas de octubre de 1982. No me acuerdo de ese momento, pero sí de toda una vida a lado de quien dio tranquilidad y paz a varias familias.
La vida es de paso. Si bien hay que disfrutarla y vivir intensamente cada momento, también es importante dejar huella positiva, sea en una o mil personas.
El servicio a los demás, la ayuda mutua, buscar el bien de cada ser humano con el que nos topamos diariamente son premisas que se han ido olvidando. Sin embargo dan sentido a nuestra propia existencia y resulta obligatorio fomentarlas para construir una sociedad menos enfocada en lo insustancial y más en el trato humano y cordial a los demás.
La vida continúa, con o sin nosotros, con o sin los que queremos. ¿Qué hacemos para dar valor a nuestro paso por ella?
Muchas gracias Tía Lola.
A OJO DE BUEN CUBERO
Los invito a sintonizar cada 15 días el programa “De Hecho y Derecho” que se transmite por internet en www.conexiontotal.mx en donde, junto a @arnhuerta y @migueldmz abordamos las reformas constitucionales aprobadas recientemente o que se encuentran en proceso de análisis por el Constituyente.