Acá por la Sierra Madre

Borrar la historia

Publicado el 04 de octubre de 2018

El gobierno de la Ciudad de México inició el retiro de las placas que aludían a obras realizadas durante el mandato de Gustavo Díaz Ordaz, las más señaladas fueron las que se colocaron en diversas estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro. ¿La razón? Un personaje tan nefasto y como ordenador de la masacre estudiantil de 1968 no debe seguir ocupando espacios de reconocimiento.

Esta decisión es un error indisculpable. Y no es que se deba rendir pleitesía a Díaz Ordaz, pero pretender borrar de la memoria los hechos y acciones realizados por cualquier político, distorsiona la historia y provoca el olvido de un lado de la moneda.

Los personajes involucrados en la vida pública cometen aciertos e incurren en errores, una idea bastante simple pero que resulta muy difícil de aceptar cuando la persona aun sigue en funciones o de plano las fallas superan los tinos.

Cuestionar y revisar la historia debiera ser un ejercicio de análisis objetivo de los hechos, pero esto no puede realizarse si es borrado algún objeto útil para ese efecto. ¿Las placas conmemorativas lo son? No lo sabemos, pero desaparecerlas por decreto pudiera ser nocivo para la memoria.

Renegar de lo que ha sucedido en México y querer olvidarlo, nos arriesga a repetir la historia. Tener a la vista los sucesos históricos, aunque sean nefastos o avergonzantes, nos mantiene vigilantes de lo que hoy pasa.

A OJO DE BUEN CUBERO

Extiendo mi más sentido pésame a familiares y amigos de Javier Amín Flores Assad, una persona de inteligencia y sentido del humor excepcionales. Descanse en paz.

Adalberto Guevara Montemayor

Abogado y autor de la columna “Acá por la sierra madre” que se publica en Epicentro y Sondeo, leo muy poco para lo que me gusta, izquierda moderada, pambolero, agricultor frustrado, litigante en reposo, activista de las causas que me mueven. Que viva Ciudad Victoria y que viva Tamaulipas con sus alegres huapangos y sus mujeres bonitas.