La edición del 22 de marzo de la revista “The Economist” publica el artículo “The new world order” en el que se hace un análisis muy interesante sobre la anexión de Crimea a Rusia, acto calificado en el texto como “una amplia amenaza para todos los países, porque el señor Putin ha manejado un tanque sobre el orden mundial existente”.
La tesis principal del artículo sostiene que se ha puesto en riesgo el orden mundial porque los tratados internacionales en materia de líneas fronterizas podrían ser letra muerta y detiene los avances que @BarackObama, como líder político natural del mundo, ha conseguido en materia de cooperación y coordinación entre Naciones. Además, la adquisición de este nuevo territorio para Rusia establece un precedente peligroso para países como Turquía y su relación con los kurdos, para India con China y Pakistán y, el que escribe agregaría, para España con Cataluña (que aunque ya se resolvió en sede interna, el caso Crimea les da una bocanada de aire en el contexto internacional).
El artículo plantea un cuestionamiento importante, sobre todo para las naciones en crecimiento, ¿se desea vivir en un mundo donde los acuerdos internacionales y las fronteras internacionales son respetadas o en uno donde la palabra no se sostiene, las fronteras se ignoran y los acuerdos se rompen?
Tomar un punto de vista no es fácil. El miércoles 26 @BarackObama se pronunció a favor del incremento del gasto militar en los países de la OTAN, inclusive sugirió la movilización de tropas en las fronteras con Rusia para evitar otro, en términos castellano-mexicano, Crimeazo.
¿Qué pueden hacer las naciones líderes para evitar un conflicto bélico de grandes magnitudes?
Apenas el jueves 27 la Asamblea General de las Naciones Unidas resolvió la invalidez del decreto de secesión de Crimea. 100 a favor (incluido México), 11 en contra y 58 abstenciones fue el resultado de la votación para que los países miembros no llevaran a cabo actos que reconocieran alteraciones de la situación político-geográfica de Ucrania.
Este mensaje político es un triángulo amoroso. Por un lado, está la posible lectura de que las soluciones amistosas se llevarán hasta su última instancia y evitando a toda costa una intervención militar; por el otro se encuentran la posición rusa de una supuesta legitimidad de la anexión por que así lo deseó el pueblo de Crimea; y finalmente la picada de cresta del gobierno estadounidense a sus aliados de la OTAN.
¿Se avecina el primer conflicto bélico del siglo en Europa o estamos ante líderes mundiales que han aprendido de la historia?
A OJO DE BUEN CUBERO
Oceanografía: ¿habrá algo más que responsables mediáticos?