Política

ELECCIÓN INTERNA DEL PRI

Publicado el 15 de agosto de 2019

 

Elección interna del PRI

Por: Enrique Diez Piñeyro Vargas

El pasado domingo 11 de agosto el Partido Revolucionario Institucional vivió su elección interna para renovar la dirigencia nacional que tendrá como prioridad el refundar, sanear y construir un proyecto viable como partido político rumbo a las elecciones venideras durante el periodo 2019-2023.

Mucho habrá de analizarse ante lo acontecido en esta elección interna que se caracterizó por las descalificaciones, pleitos, señalamientos de fraude corrupción, que lo único que provocó fue acrecentar el desinterés por parte de la militancia en participar. Aunado a eso, una desinformación total de los criterios utilizados para tomar en cuenta un padrón de militantes obsoleto e inflado por parte del Comité Ejecutivo Nacional y de la Comisión Nacional de Procesos Internos. Cientos de personas con años de militancia y trabajo dentro del partido ni siquiera existieron en ese supuesto “padrón de militantes”, en cambio, muchos otros que desde hace tiempo abanderan las causas de otros partidos políticos seguían siendo tomados en cuenta como distinguidos militantes.

Durante este proceso fuimos testigos como la Comisión de Justicia Partidaria, encabezada por un empleado de esos viejos priistas que se rehúsan a soltar canonjías que durante años han exprimido para intereses propios y de los suyos, fue utilizada para sacar de la contienda a una joven preparada y entusiasta como Lorena Piñón Rivera, argumentando haber participado activamente en otro partido político.  Para fortuna de la agraviada, esa decisión fue revocada por el Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación, reinstalado así a Lorena sus derechos partidarios y su continuidad en la elección.

Tanto Lorena como su compañero de fórmula, el tamaulipeco Daniel Santos Flores, se vieron en la necesidad de suspender su campaña de proselitismo durante 12 días, tiempo que duró la impugnación ante las instancias correspondientes, motivo por el cual no alcanzaron a concretar la agenda de visitas a todos los estados del país. Realizaron una campaña con pocos recursos pero dejan un buen sabor de boca por ser una fórmula de jóvenes que cumplieron todos los requisitos que marcaba la convocatoria. Caso contrario del ex – gobernador de Oaxaca, Ulises Ruíz Ortíz, que hizo el verdadero ridículo al no juntar ni las firmas de sus familiares.

Tuvimos la oportunidad de observar la campaña realizada por Ivonne Ortega Pacheco, con una estrategia fallida, con un discurso de confrontación, carente de propuestas constructivas hacia el partido, rodeada de personajes nefastos, traidores y sin calidad moral, argumentando acciones cupulares en su contra, mismas que en su momento le sirvieron para consolidar su carrera política. Estas malas decisiones provocaron que la señora Ortega ni siquiera obtuviera la victoria en su estado natal, lo que comprueba que todos esos supuestos operadores políticos de los que se rodeó, viven del recuerdo y de sus falacias que ya nadie les compra.

Por otro lado, atestiguamos la campaña de Alejandro Moreno Cárdenas, una campaña llena de recursos económicos y amarres políticos. Alito, como también se le conoce, supo sumar a su proyecto a los 12 gobernadores priistas, utilizó una estrategia fuerte en redes sociales, medios de comunicación y recorrió los 32 estados de la república con un discurso más fresco y mejor estructurado.

En términos generales, se contó con una participación total de 1 millón 885 mil 269 votos de un padrón de 6 millones 764 mil 615 militantes registrados ante el INE, lo que representa el 23,70% de participación efectiva. De estos votos contabilizados, 1 millón 603 mil 725 (85,07%) fueron para Alejandro Moreno Cárdenas, 177 mil 298 (9,40%) para Ivonne Ortega Pacheco y 49 mil 251 (2,61%) para Lorena Piñón Rivera, sumando también los votos a candidatos no registrados y nulos. Estos datos son proporcionados por la Comisión Nacional de Procesos Internos en su sistema de resultados preliminares.

A partir del domingo 18 de agosto, día en que Alejandro Moreno rinda protesta como presidente del CEN del PRI, será muy importante saber cuál será el rumbo y papel que tendrá el Revolucionario Institucional en el escenario político nacional.  Deberá de tomar la decisión si el PRI es un partido político capaz de levantarse y sobreponerse del peor escenario en su historia, dejar atrás las viejas prácticas y renovarse tal y como lo exigen los tiempos actuales.

Es urgente un trabajo político desde la raíz, en el territorio, con cada uno de los comités seccionales, renovar y poner a trabajar a todos los comités municipales dotándolos con recursos necesarios para que abran sus puertas. Será prioritario que en los estados donde el partido sea oposición sus dirigentes se comporten como tal, exigiendo cuentas a los gobiernos en turno, abanderando causas ciudadanas y proponiendo soluciones. Esas actitudes de serviles y de entreguismo que existen en muchos estados por parte de los actuales dirigentes deben de terminarse de una vez por todas.  

Los comités estatales deberán de asumir la responsabilidad de manejar la agenda política y los trabajos que se realicen en conjunto con los senadores, diputados federales, diputados locales y presidentes municipales emanados del PRI en sus respectivas entidades.  Se acabó eso que cada quien trabaje para su beneficio, es momento de deshacerse de lo que no sirve y de quienes le estorban al partido.  La prioridad debe ser el volver a las calles, buscar y convencer a jóvenes que se interesen en participar activamente en política y temas en beneficio de su entorno.

Otras tareas fundamentales serán el constituir comités de financiamiento que permita contar con recursos económicos, crear una agenda de análisis y seguimiento en las estructuras territoriales, llevar a cabo actividades sociales, culturales, deportivas y asistenciales.  Así mismo, contar con una agenda integral de gestión social, realizar encuentros permanentes con segmentos de la sociedad civil y grupos organizados, consolidar una estrategia de redes sociales, comunicación política y medios de comunicación, así como desarrollar un programa de calidad enfocado a capacitaciones formadoras de cuadros.

Sin duda, todo lo anterior será una tarea que requiere de mucho trabajo, mucha dedicación y para eso, es necesario acabar de una vez por todas con tanta simulación. Los escenarios políticos para el PRI serán muy complicados, la imagen del partido ante la sociedad está muy lastimada y la única manera de empezar a revertir esa percepción es con trabajo, con talento político, con gente preparada y capacitada.

Enrique Diez Piñeyro Vargas