Opinión Del Experto Nacional

#Opinión || A dos años de Tlahuelilpan, todavía sin consecuencias ni responsabilidades

Publicado el 17 de enero de 2021

A dos años de Tlahuelilpan, todavía sin consecuencias ni responsabilidades

Por Ricardo Alexander M.

Justo hace dos años se vivió uno de los hechos más dramáticos de la presente administración federal. Sorprende el manejo oficial de la noticia que, en tan corto tiempo, logró que fueran olvidadas esas imágenes donde decenas de personas corrían en llamas, gritando por sus vidas, tras una enorme explosión de un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, en el estado de Hidalgo.

En cuestión de horas se pudo entender algo de lo que había ocurrido. Empezaron a circular videos de cientos de hombres y mujeres empapados, con cubetas y garrafones, recolectando gasolina de lo que parecía una fuente de varios metros de altura. Los testimonios refieren que eso era como una feria popular.

A dos años, no tenemos del todo claro lo que ocurrió aquel 18 de enero de 2019, justo durante la famosa guerra contra el huachicoleo, emprendida por el recién asumido gobierno del presidente López Obrador que, tan sólo a un mes de su llegada al poder, había generado una crisis de escasez de gasolina —la primera en décadas— en gran parte del país, como consecuencia —según se supo después por una investigación del Wall Street Journal— de una mala decisión de Rocío Nahle, secretaria de Energía, de cancelar las importaciones de hidrocarburos ligeros.

Lo que sí sabemos con certeza es que, como resultado de lo ocurrido ese día en el estado de Hidalgo murieron 137 personas de forma violenta y dolorosa, y otros tantos sufrieron quemaduras graves. También, que las autoridades federales conocían lo que estaba pasando en ese municipio, pues horas antes de la explosión, justamente, había presencia de militares que no se quisieron confrontar con la población civil. Como si pensaran que el pueblo bueno y sabio no se equivoca. ¿De quién lo habrán oído?

A dos años, poco ha sido el interés por entender los errores de la autoridad. Por esclarecer lo que ocurrió. Por tener funcionarios cesados por no desalojar la zona o cerrar el ducto, desde donde brotaron por horas miles de galones de gasolina. Por encontrar culpables por acción u omisión. Por detener a esos cientos de delincuentes organizados —los llamados huachicoleros— que operan con impunidad en varios estados de la República.

Con explicaciones simplistas en las mañaneras —como que “los de abajo lo hacen porque ven que lo hacen los de arriba” o “nadie puede sentirse culpable”—, el Presidente ha buscado minimizar el grave hecho y dar vuelta a la página. Como si la negligencia del gobierno no fuera parte de la causa de la muerte de estas 137 personas.

Igual que con los temas de seguridad, salud y economía, en la llamada guerra contra el huachicol, el gobierno emprendió una cruzada sin planeación ni diagnóstico, que ejecutó de forma improvisada, para dar dudosos resultados, de los que nadie se hace responsable.

Al fin y al cabo, muchos creen cuando les dicen que los culpables son otros: la pobreza, la mafia del poder, Calderón, los conservadores, el pasado.

Los hechos de Tlahuelilpan retratan de cuerpo entero al gobierno de la 4T. No importan las víctimas, los muertos, la ineptitud ni el Estado de derecho. Lo que vale es la habilidad de contar una historia de la manera correcta. Lo que pasó es secundario si con la narrativa se pueden evitar consecuencias y responsabilidades. Pretextos sobran.

 

*Maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Panamericana.

Twitter: @ralexandermp

Ricardo Alexander

Maestro en administración pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana. Colaborador en Excelsior. Twitter: @ralexandermp