Opinión Del Experto Nacional

#Opinión || A los criminales ni con el pétalo de una rosa

Publicado el 23 de agosto de 2021

A los criminales ni con el pétalo de una rosa

Por Ricardo Alexander M.

A nadie le sorprende ya. Todos los días, desde el púlpito de Palacio Nacional, el presidente López Obrador se dedica a lanzar dardos envenenados a sus adversarios y, algunas veces, incluso a sus aliados. Prácticamente nadie se salva.

Ha atacado a los empresarios, quienes —dice el mandatario— sólo quieren conservar sus privilegios. Incluso ha referido que están detrás de las “campañas de desprestigio” en su contra —como si no se desprestigiara solo—. Los ha hecho responsables de la “tragedia nacional” y los ha acusado de que “no quieren dejar de robar y no quieren perder el privilegio de mandar”.

También se ha ido contra los abogados que, haciendo su trabajo, defienden empresas extranjeras, pues ellos cometen “traición a la patria”. En el fondo, odia que alguien limite sus transgresiones a la ley.

Dijo que quienes tuvieron el privilegio de estudiar en universidades en el extranjero sólo van a que se les enseñe a robar y que tienen una “una mentalidad elitista, clasista, racista”.

Prácticamente, no hay día que no ataque a las instituciones como el INE o el Tribunal Electoral, que odia porque no legitiman sus prácticas antidemocráticas. Dice que “en vez de ponerse a la vanguardia de este proceso de transformación, se quedaron en la retaguardia representando al antiguo régimen”. Que, en lugar de garantizar la democracia, han sido creados y funcionan para impedir la democracia.

Los periodistas tampoco se salvan. Algunos de sus adversarios favoritos son Pascal Beltrán del Río, Carlos Loret de Mola y Héctorde Mauleón. Hasta instauró una sección en su conferencia mañanera para atacarlos.

Pero ahí no se queda. Ahora fue contra toda la clase media, esa gente trabajadora que paga sus impuestos y le echa ganas todos los días, pues opina que es “egoísta, clasista, racista. A veces son peores que los que tienen más dinero, aunque vengan de abajo, se vuelven ladinos”. Así el odio que demuestra por los mexicanos.

Es más, el Presidente hasta embiste a sus antiguos aliados y colaboradores, como Gerardo Esquivel y Carlos Urzúa. Del primero, hace unos días dijo que era “ultratecnócrata” y “cuadrado” por oponerse a su propuesta de pagar los intereses de la deuda del país con un financiamiento del Fondo Monetario Internacional.

Es claro que no tiene empacho en criticar, atacar, polarizar. Sabemos que su “pecho no es bodega”. Pero eso sí, con quien no se mete y no toca ni con el pétalo de una rosa es a las organizaciones criminales. Ni con palabras ni acciones. Esos grupos que matan de maneras inimaginables a 100 mexicanos al día. Que controlan territorios completos y determinan los procesos electorales —ya está documentado lo ocurrido en Sinaloa en las pasadas elecciones—. Que le roban la tranquilidad y la libertad a los demás mexicanos.

La realidad es que los narcotraficantes no están ni en sus discursos ni en sus preocupaciones. Y no es claro el por qué. Puede ser incapacidad, miedo o afinidad. Por donde se vea es un desastre y está arrastrando a nuestro país por un sendero de sangre e injusticias.

El mandatario va a seguir perdiendo el tiempo y la historia lo juzgará por hacerlo. En el fondo, no hay tema más importante ni apremiante para México que parar al crimen organizado y sus tentáculos, que llegan a todos los rincones del país. Mientras tanto, el Presidente no los toca ni con el pétalo de una rosa.

 *Maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana.

Ricardo Alexander

Maestro en administración pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana. Colaborador en Excelsior. Twitter: @ralexandermp