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#Opinión || ¡Cuidado con la soberbia!

Publicado el 30 de agosto de 2021

 

¡Cuidado con la soberbia!
Enrique Diez Piñeyro Vargas

Estamos a escasas semanas para que el proceso electoral 2021-2022 en Tamaulipas arranque de manera oficial. Hemos observado en las redes sociales una infinidad de encuestas y mediciones en las que todas traen consigo la consigna de posicionar como el gran favorito al mejor postor. Sabemos que las encuestas se rigen así, y son muy contadas las que cuentan con credibilidad al tener como respaldo un prestigio que únicamente otorga la seriedad.

Muchas veces las encuestas provocan que quienes aspiran a un cargo de elección popular, su gente cercana y simpatizantes, se contagien de uno de los peores males: la soberbia. Para entender este sentimiento que comúnmente se caracteriza en provocar un trato distante o despreciativo a sus semejantes, muchas veces provocado al sentir que se acaricia el poder, me permitiré dar algunos ejemplos vividos en el acontecer político.

Recordemos el transcurrir de aquel año 2000, un año inmerso en uno de los procesos electorales más recordados del que se tenga memoria en la historia de nuestro país. El entonces candidato oficial del Partido Revolucionario Institucional, Francisco Labastida Ochoa, visitaba nuestro estado como parte de su campaña proselitista que lo ungiría como el próximo Presidente de México. Inolvidable aquella concentración que aglutinaba a todas las fuerzas políticas del priismo en el estado, donde fueron testigos cómo el poderoso gobernador en turno, Tomás Yarrington Ruvalcaba, no tuvo objeción en señalarle al propio Labastida Ochoa: ¡Candidato, vete a hacer campaña a otro lado, aquí ya estás ganado!

El desenlace es de dominio público. Por primera vez, el partido gobernante mordía el polvo en una elección presidencial. Impensable que eso pudiese suceder en este país y en Tamaulipas. La soberbia y el triunfalismo nublaban la vista de aquellos que concebían los procesos electorales como un mero trámite para continuar transitando en el poder. Creer ciegamente en las encuestas de aquel entonces, que marcaban como rotundo ganador por más de 14 puntos porcentuales al abanderado tricolor, daba como consecuencia este tipo de actitudes asumidas por el gobernante tamaulipeco y de la clase política priista en todo el territorio mexicano.

Otro ejemplo, lo acontecido en el año 2016. Todo era color de rosas cuando muchos suponían que la sucesión gubernamental en Tamaulipas recaería en automático para el abanderado del PRI, Baltazar Hinojosa Ochoa. Lo anterior, al contar con el supuesto apoyo de un Presidente de la República de extracción priista, un gobernador aliado, la mayoría de las presidencias municipales a su favor, un partido estatal con suficientes recursos económicos, una estructura leal a la marca y todas las encuestas que marcaban una tendencia positiva considerable.

Mientras algunos ilustres personajes aún no terminaban de repartir puestos en el siguiente gabinete, al sentirse allegados al primer círculo de la realeza tricolor, de pronto, desde las altas esferas en la Ciudad de México, cambiaban por completo la escena política en la entidad, provocando así la llegada de unos inesperados Vientos de Cambio. Esos vientos que tomarían fuerza desde las oficinas de Bucareli y que arrasarían con todo lo que se encontraba a su paso, incluyendo la soberbia de todos aquellos que ya acariciaban formar parte de los jugosos negocios y las canonjías que otorga el poder.

Podemos mencionar más acontecimientos donde atestiguamos cómo proyectos políticos se han desvanecido. Actualmente lo vivimos en Tamaulipas con los inquilinos de Palacio de Gobierno, quienes tuvieron todo para consolidarse en el poder otros doce años más, y ahora saldrán por la puerta de atrás, cargando consigo el desprestigio y el señalamiento a sus excesos y pésimas decisiones. El motivo: la maldita soberbia.

Estos ejemplos que me permití exponer no deben pasar desapercibidos por quienes estén aspirando a gobernar Tamaulipas a partir del próximo año. Si bien es cierto que las condiciones actuales permiten suponer que el partido Morena y la larga lista de aspirantes a su candidatura no tendrán resistencia en la próxima elección, mucho cuidado deberán de tener en no cometer el error de creerse merecedores de arribar al poder, por el simple hecho de contar con la marca del actual Presidente de México.

Tendrán que ser muy inteligentes. La persona que resulte seleccionada para estar al frente de ese proyecto deberá crear las condiciones de unidad, otorgando espacios de participación a los demás aspirantes, a la militancia de su partido y a los aliados externos. De no ser así, pondría en verdadero riesgo todo el terreno político ganado en el reciente proceso electoral. ¡Cuidado con la soberbia! En política, nada está escrito, y más cuando se permite que crezcan los enanos.

“La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder.”: José de San Martín

Enrique Diez Piñeyro Vargas