Opinión Del Experto Nacional

#Opinión || El heroico Batallón de San Patricio

Publicado el 13 de marzo de 2023

El heroico Batallón de San Patricio.
Por Ricardo Alexander M.

Winston Churchill dijo que “construir puede ser la tarea lenta y laboriosa de años; destruir puede ser el acto irreflexivo de un solo día”. Recordar nuestra historia nos enseña cuánto ha costado llegar a lo que hoy somos como país, y lo fácil que puede ser deshacerlo.

Por eso hoy recordamos al Batallón de San Patricio, esos héroes que decidieron luchar por la justicia, aunque les costara la vida.

Y es que en algunos días, el 17 de marzo, se conmemora al santo patrono de los irlandeses, San Patricio, fecha que no sólo justifica la ingesta desmesurada de alcohol, sino que es ocasión propicia para recordar un episodio que –en esta columna– elegimos calificar como heroico.

La historia cuenta que corría la mitad del siglo XIX, cuando a raíz de las políticas expansionistas de nuestro vecino del norte, y bajo pretexto de defender la independencia de Texas, su presidente, James Polk, decidió invadir el territorio mexicano.

Dentro del ejército estadunidense existía una unidad militar compuesta por europeos, en su mayoría irlandeses y alemanes, que habían emigrado a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, al ver la “injusticia” que estaban ejecutando, empezando por un joven de nombre John O’Riley, decidieron pasarse al bando mexicano –que, además, era católico como ellos– y defender a nuestra gran nación del imperialismo yanqui, formándose así el Batallón de San Patricio.

Fueron varias refriegas. La primera ofensiva en la que los San Patricios lucharon de la mano del ejército mexicano fue en septiembre de 1846, en Monterrey. Después de tres días de lucha, se llegó a un armisticio entre las dos fuerzas. También jugaron un papel importante en la Batalla de Angostura en Coahuila, en febrero de 1847, en la que Santa Annaordenó la retirada, aunque parecía ganada.

El fin del Batallón de San Patricio se dio en Churubusco, en agosto de 1847, cuando después de una intensa defensa de la tropa mexicana, cayó el que ahora es Museo Nacional de las Intervenciones. Victorioso, el general David Twiggs, quien encabezaba a las fuerzas estadunidenses, le preguntó al general Pedro María Anaya sobre las municiones y armamento de los vencidos, obteniendo como respuesta la célebre frase de que “si hubiera parque, no estaría usted aquí”.
No obstante el valor y coraje en la defensa del Convento de Santa María de Churubusco, varios de los San Patricios fueron capturados y tratados como traidores por los estadunidenses, severamente castigados y ahorcados en San Jacinto, en la Ciudad de México, mientras su ejército izaba la bandera de las barras y las estrellas en territorio mexicano, después de hacer una guerra incluso condenada por Abraham Lincoln. En esa plaza es donde hoy el Batallón de San Patricio es recordado con una placa conmemorativa.

Los restos de estos soldados extranjeros fueron enterrados en diversos lugares de la ciudad, como la ahora iglesia de Tlacopac, donde existe una cruz celta en su honor. También se cuenta que algunos pudieron escapar y con el tiempo lograron ocultarse entre la población mexicana.

Ese episodio histórico nos lleva a reflexionar, pues lo cierto es que el país es mucho más que sus –malos– gobernantes. Basta ver el pasado para recordarlo y querer cambiar nuestro futuro. Nos merecemos algo mejor.

 

Ricardo Alexander

Maestro en administración pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana. Colaborador en Excelsior. Twitter: @ralexandermp