El poder de la negociación
Por Enrique Diez Piñeyro
Mientras que en los seis estados de la República Mexicana donde habrá renovación en sus respetivas gubernaturas el próximo año se siguen calentando los ánimos en torno a las definiciones de quienes serán sus abanderadas o abanderados, tal parece que los “líderes” que se ostentan como dirigentes nacionales tanto del PAN, PRI y PRD, siguen sin entender el contexto político de cada entidad federativa y están cometiendo los mismos errores que los llevaron a no adjudicarse triunfos en ninguna gubernatura en las que compitieron como coalición el pasado proceso electoral. Un rotundo fracaso por el lado que se quiera visualizar.
Al menos, esas son las señales que envían cuando sin una medición previa, con un nulo acercamiento con la militancia de sus respectivos partidos, sin dimensionar el daño interno en sus estructuras que eso conlleva, y el alejamiento de sus filas de miles de militantes, anuncian como un hecho que sus partidos se perfilan a conformar nuevamente una alianza para competir en los seis estados donde se elegirán a los nuevos gobernadores. Actualmente, los gobiernos locales de Aguascalientes y Tamaulipas están en manos del PAN, Oaxaca e Hidalgo pertenecen al PRI, y estados como Durango y Quintana Roo son gobernados por personajes provenientes de una alianza entre el PAN, PRD y partidos locales.
Al no contar con el cobijo del gobierno federal, efectivamente todo hace suponer que estos partidos brincarán a la arena electoral como coalición, a pesar, que los antecedentes no son nada alentadores. A esto podemos agregar, que el mismísimo jerarca de Acción Nacional, Marko Cortés Mendoza, prisionero de su ignorancia y falto de tablas políticas, públicamente reconoce que su partido únicamente está en posibilidad de salir victorioso en el estado de Aguascalientes, tirando la toalla desde ahorita en el resto de las cinco entidades a disputarse, enviando así un claro mensaje que haga lo que haga su partido junto con sus aliados están destinados a morder el polvo el próximo mes de junio del año 2022.
Bajo el mismo contexto, aquí en Tamaulipas, un principiante en la política como lo es Luis René “Cachorro” Cantú Galván, que cobra como diputado local y dirigente estatal del PAN, reconoce abiertamente las dificultades que su partido enfrentará en el próximo proceso electoral. Sabe perfectamente que ese escenario adverso en el panismo tamaulipeco es producto de todos los errores cometidos por quienes hoy gobiernan a Tamaulipas a base de prepotencia, soberbia, corrupción y falta de resultados. En estos casos, el silencio es el mejor aliado.
Sabemos que en política lo primero que aplica es la negociación. Pero para eso, se tiene que estar en condiciones. Recordemos que fue precisamente en el proceso electoral de 2016, en el cual, correspondía renovar el poder ejecutivo local en doce estados. En aquella ocasión, entidades como Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Puebla, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz, pasaban a manos de la oposición, gracias a aquella negociación orquestada desde las más altas esferas del poder por el entonces Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional encabezada por Ricardo Anaya Cortés, y con Agustín Basave Benítez, dirigente nacional interino del PRD.
El botín era nada más y nada menos los valiosos votos otorgados por parte de las fracciones parlamentarias del PAN y PRD en ambas cámaras para aprobar el paquete de reformas estructurales que se venían consumando por el gobierno del entonces Presidente de la República Enrique Peña Nieto desde el año 2013, con el llamado Pacto por México. A cambio, estos partidos obtendrían el camino libre para operar a sus anchas en las citadas entidades federativas, contando en algunos de los casos con la complicidad de los gobernadores priistas del momento a cambio de impunidad. Esa era la manera como se correspondían los favores entre el gobierno y las cúpulas partidistas.
Para equilibrar el tablero nacional, sumemos a estas negociaciones al estado de Oaxaca, mismo que volvía manos del PRI gracias a la pericia de un viejo lobo de la política como lo es José Murat Casab, artífice y coordinador de las mesas de trabajo de este pacto, quien consigue como premio a su gran oficio como interlocutor con las fuerzas políticas, que su estado natal sea gobernado por su hijo, el actual mandatario Alejandro Murat Hinojosa.
Si tenemos buena memoria, este ejercicio ya había tenido éxito un año antes en el proceso electoral 2015. Tenemos los ejemplos de estados como Michoacán que recayó en manos del entonces Coordinador Parlamentario del PRD en la cámara baja, Silvano Aureoles Conejo, al igual el caso de Querétaro, favoreciendo a un distinguido miembro del grupo compacto de senadores del PAN, como lo fue Francisco Domínguez Sevién. Así mismo, el PRI recuperaba Sonora, la tierra natal de Manlio Fabio Beltrones Rivera, Coordinador de los diputados federales del tricolor en esa época, entidad que estaba en manos del PAN, haciendo lo propio en el conflictivo estado de Guerrero que era gobernado por el PRD.
Viendo las cosas con objetividad ante el presente escenario nacional, suponemos que el partido Morena no dejará pasar la oportunidad de conquistar las entidades en disputa sabiendo que la ciudadanía tiene pleno conocimiento de todo lo antes citado. Es de dominio público que los actuales dirigentes de los partidos políticos desde la Ciudad de México siguen velando únicamente por sus intereses de grupo. A eso, sumémosle como un gran factor de peso el hartazgo generalizado a consecuencia de los pésimos resultados de los gobiernos que emergieron de las citadas negociaciones en el año 2016.
De igual forma, es importante no perder de vista la posibilidad de una negociación desde el gobierno federal que pudiese favorecer electoralmente al PRI, si este partido está dispuesto a romper la famosa alianza legislativa “Va por México”, a cambio de otorgar los votos que requiere el Presidente López Obrador en el Congreso de la Unión, y de esta forma, le permita contar con la mayoría calificada para realizar reformas de fondo a la carta magna. Que no se nos olvide que Morena controla la mayoría parlamentaria en diecinueve congresos locales y eso les facilita aún más tal propósito. ¡Ojo con eso!
“Lo más importante de una negociación es escuchar lo que no se dice”:
– Peter F. Drucker –