Nos faltan 27
Por Ricardo Alexander M.
Es como si no hubiera ocurrido. Todavía no se asentaba la nube de polvo cuando el gobierno pasaba la página de uno de los desastres más grandes que han ocurrido en la Ciudad de México en el siglo XXI.
En esta ocasión, Epigmenio Ibarra y John Ackerman guardaron silencio. Tampoco promovieron un pase de lista. El partido Morena frenó que se creara una comisión en el Congreso para que se investigaran los hechos. El Presidente no habló de la corrupción del pasado. Sólo calificó a la tragedia como “un accidente” y que sus adversarios lo usaban para sacar “raja política”.
Era el lunes 3 de mayo de 2021, pasadas las 10 de la noche. Dos vagones del convoy de la Línea 12 del Metro, que conducía RodrigoGarcía, se desplomaron junto con el tramo que sostenía la vía, antes de llegar a la estación Olivos, en el oriente de la capital. Simplemente se derrumbó una parte de uno de los proyectos de infraestructura más importantes de la ciudad.
Brandon, de 12 años, viajaba en uno de esos vagones junto a la pareja de su madre. Regresaban del restaurante donde trabajaba el hombre y donde el niño ayudaba lavando platos. Nancy, de 22 años, retornaba a su casa junto con su hermana Tania, de 15, desde el centro comercial en Iztapalapa en el que Nancy era empleada. Cristian, de 41 años, iba a descansar. Venía de las oficinas gubernamentales en las que laboraba tras haber vencido a covid-19, enfermedad que lo llevó a estar intubado. Juan Luis, de 38 años, era chofer y vivía con su esposa e hijo en Tláhuac. Ninguno de ellos regresó con su familia.
En el accidente hubo cerca de 150 lesionados. Murieron 25 personas y dos más en el hospital. 27 vidas truncadas por la negligencia y corrupción en la construcción de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México. A nueve años de su inauguración se sabe que el proyecto estuvo plagado de irregularidades. Incluso en 2014 y 2015 fue cerrada durante 20 meses. Mala calidad de los materiales, vagones incompatibles, curvas estrechas.
A 117 días del accidente, no hay responsables ni detenidos. Ni siquiera renuncias de funcionarios de alto nivel. Los involucrados hoy son protegidos por un manto de impunidad y ocupan cargos públicos. Algunos están formados para competir por la silla presidencial. Marcelo Ebrard construyó la Línea 12 y Claudia Sheinbaum le daba mantenimiento. Mario Delgado, hoy presidente nacional de Morena, era el secretario de Finanzas durante la construcción. Por eso, en esta tragedia simplemente no se pueden crear chivos expiatorios ni echar culpas, una de las especialidades de la 4T. Ya sabemos quiénes son los culpables.
Si algo nos confirma la tragedia de la Línea 12 del Metro, es que en este país la justicia está al servicio de los ricos y poderosos. La negligencia y corrupción se solucionan repartiendo más dinero. Y la impunidad es el sello del régimen, cuando le conviene.
El Presidente dice que “no son como los de antes”, pero la realidad es que son los de antes, y son peores que los otros. Aunque nuestras autoridades quieran pasar la página, nos faltan 27. No se trata sólo de indemnizaciones económicas que se pagan con nuestros impuestos. Los responsables son los que se sientan todos los días en la mesa con el mandatario.
P.D. En las elecciones del pasado 6 de junio, Morena ganó en Iztapalapa y Tláhuac, alcaldías por donde pasa la Línea 12.
*Maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana.
Twitter: @ralexandermp