Política

#Opinión || Proyección a mediano y largo plazo

Publicado el 09 de agosto de 2021

 

Proyección a mediano y largo plazo

Por Enrique Diez Piñeyro

Después de un pequeño receso estamos de vuelta para compartir con ustedes esta colaboración semanal. Agradezco mucho a quienes me han solicitado compartir mi punto de vista en este espacio editorial, referente a un tema que sin duda está causando todo tipo de análisis y comentarios entre muchas personas que perciben de distintas ópticas lo que pudiese acontecer con el partido Revolucionario Institucional el próximo año 2022, año en que se renovará la gubernatura en nuestro estado.

Se habla insistentemente de la posibilidad de conformar una alianza política integrada por el PAN, PRI y el PRD, con la cual, se pretende competir electoralmente en contra del partido Morena, mismo que a partir de las últimas elecciones, pasa a ser la primera fuerza política en el estado, al tener en su poder municipios que representan poblacionalmente el 80 por ciento del electorado, y el control del Congreso local.

Por tal motivo, hemos recibido cientos de comentarios de personas que le han externado a la dirigencia estatal del PRI tamaulipeco su total rechazo a una eventual alianza con el Partido Acción Nacional. Personas que abiertamente en su momento manifestaron su malestar por la poca apertura mostrada en el pasado proceso electoral a la hora de seleccionar sus candidaturas, mismas que en su totalidad, pareciera que fueron impuestas a modo para beneficiar al PAN.

En mi opinión, la intención de conformar alianzas políticas con otros partidos no es el problema. El problema es; con quien. Si el partido Revolucionario Institucional pretende concretar una alianza con un partido que carga consigo el desgaste de un gobernador reprobado y perseguido, con una gestión gubernamental señalada por temas de corrupción en su máxima potencia, es preferible aventurarse a la próxima elección de manera individual y procurar hacer un papel con decoro.

Insisto, si el PRI elige ir en alianza con el partido Acción Nacional, estará terminando de cavar su tumba. Sabemos que todas esas decisiones serán tomadas desde una oficina en la ciudad de México, por personas que no tienen la remota idea del acontecer político en nuestra entidad, y lógicamente nos les interesa en lo absoluto la situación en Tamaulipas. Considero conveniente que los jerarcas del Comité Directivo Estatal levantaran la voz y con un golpe de dignidad en el escritorio del dirigente nacional, exigieran respeto a las decisiones locales.

Las personas que toman las decisiones desde la ciudad de México desconocen que es imposible pedirle a la militancia y simpatizantes priístas que, por arte de magia y como si nada hubiese sucedido, ahora tengan que ponerse a trabajar con los personajes que durante cinco años se dedicaron a perseguir, ofender y afectar económicamente a miles de tamaulipecos por el hecho de no pertenecer a su misma corriente política.

Vale la pena nuevamente recordar que en las elecciones para gobernador disputadas el pasado proceso electoral, donde el PAN, PRI y el PRD compitieron como alianza, no se obtuvo ningún triunfo. Para entender esto, es cuestión de analizar el perfil de cada uno de los dirigentes nacionales, que solo reflejan su falta liderazgo y oficio político. Están a la vista de todos los resultados desastrosos que entregaron recientemente y todavía tienen la desvergüenza de continuar en sus cargos.

El proyecto real y urgente para el Partido Revolucionario Institucional es refundarse. Así de simple. Empezar de cero, como si fuese un partido de reciente creación que poco a poco busca posicionamiento con rostros nuevos, abriendo los espacios a mujeres y jóvenes con preparación y vocación de servicio. Un partido que requiere por parte de quienes lo encabecen, el analizar muy seriamente la posibilidad de adoptar otro nombre, si se pretende quitar de la mente de millones de mexicanos todo lo negativo que les genera las siglas del PRI.

Es fundamental olvidarse de las estructuras tradicionales que únicamente se pueden costear siendo un partido en el poder y dejar  a un lado a los sectores y organizaciones, los cuales, han demostrado que nada aportan y sobreviven de la simulación. Se tiene que crear un esquema visionario que atraiga al electorado con ideas y propuestas de interés, mismo que sea apuntalado con todas las herramientas que proveen las nuevas tecnologías. Y lo más importante, empezar a comportarse como un partido de oposición.

Todas las decisiones que se tomen hacia el interior de este partido deberán de ser encaminadas para una proyección a mediano y largo plazo. El objetivo deberá ser empezar a construir los escenarios óptimos y seleccionar desde ahorita a los perfiles adecuados rumbo a las elecciones de 2024 y 2027. En el caso específico de Tamaulipas, el próximo año será de mero trámite, ya que no se trabajó para estar en condiciones de competir por la gubernatura en el 2022.

No será una tarea fácil. Para realizar todo lo anterior, se requiere de planeación e inteligencia. Las decisiones tomadas a base de ocurrencias y permitir que gente improvisada en el ámbito político asumieran posiciones claves en el Comité Ejecutivo Nacional, la dirigencia estatal y en los comités municipales, dieron como resultado la situación que hoy vive el partido de la Democracia y Justicia Social. Un partido que en épocas doradas, estuvo encabezado por gente de nivel como Don Jesús Reyes Heroles o Luis Donaldo Colosio Murrieta.

“Una buena estrategia comienza con el objetivo correcto”.

– Michael Porter    –

Enrique Diez Piñeyro Vargas