Sí, mi general
Por Ricardo Alexander M.
Antes que nada, le quiero pedir una disculpa, mi general. Yo y millones de mexicanos que nos formamos en las filas de la oposición, que en algún momento criticamos a la Cuarta Transformación y a nuestro Presidente, nos estábamos equivocando.
Justamente necesitábamos que alguien como usted nos viniera a decir que somos, prácticamente, unos traidores a la patria. Que tenemos “intereses y ambiciones personales” que son contrarios a la nación, y que con “nuestros comentarios tendenciosos” generamos desunión.
Yo y millones de mexicanos estábamos en el error porque pensábamos que los militares no tomaban posición política, sino que estaban para servir al pueblo de México y garantizar su soberanía. Que eran garantes de derechos y estabilidad interna y externa.
Pero ya veo que usted, igual que nuestro Presidente, sabe lo que los mexicanos necesitamos. Le agradezco que nos instruya y asegure que el proyecto transformador continúe. Que se enfoque en “velar por la unión nacional”, y nos ponga a todos los que en algún momento disentimos con el rumbo por el que transita el país, en orden.
Mi general, ahora veo con claridad. Todos esos privilegios, todas esas dádivas y jugosos negocios que ahora controlan los militares no son sino una justa retribución por su patriotismo. Ustedes, “sin protagonismos”, tienen “el único interés de servir a la nación”. También ahora entiendo por qué usted y su organización no llevan a cabo licitaciones públicas ,sino que adjudican directamente. A diferencia de los demás, de los civiles, no deben de ser sujetos de la ley. Su calidad moral y ética es indiscutible. ¿Quién necesita transparencia y rendición de cuentas mientras los tenemos a ustedes, los uniformados, ejerciendo 112 mil millones de pesos del presupuesto público anual?
Nos estábamos equivocando, mi general. No le debemos reprochar por las 246 tareas civiles que ha asumido el Ejército, sino agradecerle por poner orden. La nueva base militar en Santa Lucía se queda corta frente a lo que nosotros, los mexicanos, les debemos.
Porque tiene razón, antes de mandar un mensaje claro a las organizaciones criminales, con dichos y hechos, es prioritario que nos ponga orden a los que dividimos, con nuestras opiniones, al proyecto de nación del presidente López Obrador. Y justamente ustedes, quienes tienen las armas y el monopolio de la fuerza pública, son quienes nos pueden hacer reflexionar y cambiar nuestra actitud, que tanto daño le hace a México.
Pero, mi general, poniendo de lado a los ciudadanos que no estén de acuerdo con sus declaraciones e ideas, me preocupa más qué dirán aquellos militares que sí apuestan por la democracia. Los de carrera que no se dejan convencer por privilegios y dádivas. Que tienen esa idea de que las Fuerzas Armadas no deben estar al mando de instituciones civiles. Lo ideal sería también meterlos en ese saco de “traidores a la patria”. Para que se ubiquen.
Ahora a lo que sigue. Tenemos que ver quién va a ser el próximo presidente. Para que se siga alineando a nuestro proyecto. Déjeme ser muy claro, mi general. Gracias por poner en orden al pueblo de México. Nosotros, los civiles, estamos para servirles. Y si bien vamos a seguir trabajando para generar impuestos que cubran sus sueldos, realmente nunca vamos a poder pagarles.
Qué mejor que las fiestas patrias para decirle que vamos con su proyecto. ¡Viva México! ¡Y que viva el Ejército!