Opinión Del Experto Nacional

#Opinión || Tiempos de engaño

Publicado el 19 de julio de 2021

 

Tiempos de engaño

Por Ricardo Alexander M.

“En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario.”

 – George Orwell –

Nos han engañado desde el principio. Nos dijeron que eran el cambio. Que buscarían la reconciliación. Que llevarían justicia y equidad a todos los rincones del país. Que acabarían con la desigualdad y los privilegios de unos cuantos. Que bajo su gobierno buscarían “establecer una auténtica democracia”. Que iban a “desterrar la corrupción del país”.

Ahora sabemos que eran palabras vacías. Mentiras para disfrazar complejos y odios. Que su intención era simplemente adquirir y conservar el poder.

Que su discurso estaba plagado de falsedades y medias verdades. De cuentos que ayudan a narrar una historia donde los incapaces y deshonestos son los héroes, los salvadores del pueblo. Que son quienes ayudan a los más desfavorecidos, mientras en la realidad son sus verdugos.

Ellos son quienes los dejan sin medicinas, quienes permiten que los criminales impongan su ley y a sus candidatos. Quienes son los fundadores de una nueva corrupción que no necesita chivos expiatorios, los —video— escándalos se matan con frases pegajosas en la mañanera, aunque sean evidentes.

Ya no existe división real de poderes y todos los días se pone en jaque la autonomía de los organismos constitucionales.

México no tiene menos pobres que hace tres años. Ni es más justo. Ciertamente no es más seguro. Los privilegios continúan de la misma —o de peor— manera, solamente cambiaron de manos. La gasolina ha seguido subiendo y tenemos peores servicios públicos. Los olvidados siguen siendo los olvidados.

Y nos siguen engañando. Ahora nos dicen que ellos no son responsables de absolutamente nada. Que los culpables son otros, unos villanos que no existen. Entes invisibles que sirven para justificar el desastre nacional al que han llevado al país desde el 3 de julio de 2018 —sí, desde su victoria—.

No se puede negar, son convincentes. Sus palabras, plagadas de rencores y envenenadas con miedos, retumban en oídos que están sedientos de encontrar un alivio a décadas de injusticias, aunque sean mentiras. Sin percatarse de sus contradicciones, las víctimas son quienes empoderan a sus opresores. Aquellos que desprecian a las instituciones y a la democracia que los llevó al poder. Los que justifican regímenes represores y dictatoriales como el de Cuba o Venezuela. Que imponen a candidatos como Salgado Macedonio. Que defienden a pederastas como el diputado Saúl Huerta.

Para ellos, lo de menos es la verdad. Lo importante es la percepción y la falsa popularidad. Las cortinas de humo. Volcar la atención a temas superfluos como el avión presidencial o los periodistas opositores o los españoles que nos vinieron a conquistar hace 500 años. Y lo demás, es lo de menos.

Pero el poder atrae. Por eso, para muchos es mejor cerrar los ojos y apoyar al régimen. Beneficiarse de las migajas que se sueltan desde el púlpito de la presidencia imperial. Es peligroso alzar la voz y decir la verdad. Implica ponerse en el centro de los ataques de los órganos del Estado que están a disposición del rey del Palacio.

Son tiempos de engaño y, en tiempos de engaño, el silencio es cómplice. Decir la verdad es un acto revolucionario.

 

*Maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana.

Twitter: @ralexandermp

Ricardo Alexander

Maestro en administración pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana. Colaborador en Excelsior. Twitter: @ralexandermp