Los legisladores federales de oposición volvieron a hacer del Congreso de la Unión un espacio de política barata, en el que el diálogo serio y responsable está ausente y en su lugar se presentan acciones lamentables que en nada ayudan a recuperar la credibilidad de la sociedad en la actividad política.
Fue el pasado viernes, en el inicio del periodo ordinario de sesiones, cuando los diputados del Movimiento de Regeneración Nacional usaron la tribuna para colocar mantas llenas de insultos y acusaciones sin sustento en contra del presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
Secundados por algunos perredistas y de otras corrientes de izquierda, los legisladores del partido de Andrés Manuel López Obrador volvieron a hacer actos fuera de toda civilidad, con motivo de la entrega del IV Informe del mandatario nacional.
Y a pesar de que sólo acudieron 296 de los 500 diputados federales y 82 de los 128 senadores, los opositores iban con la consigna de hacer su escándalo, con el ánimo de ganar espacios en los medios de comunicación a los que les gusta el sensacionalismo, pero en ello se llevan la ya de por sí mala imagen de los políticos en general.
Además de las mantas con mensajes agresivos, los morenistas también llevaron piñatas con las figuras de Peña Nieto y del candidato Donald Trump, quien causó fuerte polémica por su visita al país en la jornada previa a la entrega del informe.
Y es que no es posible que no tengan la educación necesaria para solamente hacer sus posicionamientos sin la necesidad de caer en lo grosero y el pleito que se genera ahí mismo.
Por su parte, los diputados del Partido Revolucionario Institucional armaron su bloque para evitar que la tribuna fuera literalmente secuestrada por los legisladores de la izquierda y la sesión pudiera continuar, con la postura de cada una de las bancadas.
Por ejemplo, el Partido Acción Nacional conservó la institucionalidad y dijo lo que consideraba necesario sobre el estado que guarda la Nación, y aunque los priistas y los del Partido Verde no compartieron ese punto de vista, se respetó su posicionamiento.
Así pasó también con el Partido de la Revolución Democrática; los del PRD dijeron lo que quisieron pero la mayoría de su bancada se comportó bajo los lineamientos del respeto y la tolerancia, a diferencia de los miembros del Morena.
¿Hasta cuándo entenderán los políticos de esas corrientes izquierdistas que los mexicanos están cansados de la confrontación sin fundamento y de los actos que rayan en lo vandálico en las instituciones de la nación, como es el Congreso de la Unión?
Mientras estos legisladores agresivos y estridentes no entiendan que forman parte de uno de los poderes de la unión, no será posible recuperar la credibilidad en la política, porque, repito, la gente ya está cansada de estas simulaciones y actos reñidos con la civilidad. Ojalá depongan estas actitudes, por el bien de todos.
VENEZUELA AL BODE DEL ABISMO
Lo que sucede en este país sudamericano es una muestra clara de lo que sucede cuando la población ha dejado de ser escuchada por sus gobernantes y, en consecuencia, han perdido la confianza en ellos. Los venezolanos hoy protestan como nunca.
Y es que Nicolás Maduro, su presidente, se aferra al poder que le heredó Hugo Chávez, y para ello ignora completamente, ya no sólo a los políticos de oposición, sino que a la gente en su conjunto ya no la toma en cuenta para nada; no, y los reclamos crecen cada vez más.
Esta es una de las razones por las cuales comentábamos sobre la necesidad de los políticos de recuperar la confianza de la ciudadanía y esta debe empezar por escuchar lo que opinamos todos, sin distingos de colores partidistas ni otro tipo de ideologías.
Hoy Venezuela está al borde del colapso, al grado que no hay productos de consumo básicos suficientes para llevar una vida decorosa; las decisiones de Maduro las toma sin escuchar, insisto, lo cual se traduce en un clamor generalizado que pide a gritos que deje el mando.
Ojalá que el (mal) ejemplo venezolano no llegue a nuestro país, porque suficientes problemas tenemos como para que la confianza en nuestras instituciones se pierda y se desaten mayores crisis sociales de las que ya empezamos a vivir.
Sus comentarios siempre serán bien recibidos.