“Una completa igualdad (para la mujer) significa más que el logro de objetivos estadísticos; debe cambiar la cultura.”
-Kofi Annan
Hablar de igualdad de género, es hablar de un derecho fundamental, de un principio constitucional de los más importantes en la historia, y esto debido a que a con el pasar de los años, las mujeres han alcanzado cercanía a esta utópica igualdad con los hombres, que por siglos ha sido anhelada.
Nuestra Constitución Federal establece en su artículo 1° que en nuestro país está prohibida toda discriminación de cualquier índole (género, étnica, edad, sexual, etc.), sin embargo, el artículo 4° expresa claramente que el hombre y la mujer son iguales ante la ley, ¿Qué lo establezca la ley es suficiente?
La igualdad de género no debe entenderse solamente en papel, si no como una realidad, una realidad a la cual a pesar de los diferentes avances, no hemos alcanzado. Esta igualdad debe traducirse en oportunidades reales y efectivas en todos los sentidos, acceso a los derechos humanos por la mujer de la misma manera que el hombre.
Por más de 200 años las mujeres han luchado por conseguir esa equidad, incluso el propio Código Napoleónico de 1804 establecía como normas de la sociedad y de la familia, que la obligación de las mujeres de obedecer la voluntad de los hombres (información de la página del Instituto Nacional de las Mujeres). Olimpe de Gouges decía: “la mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos…por lo que debe existir un trato igualitario por medio del acceso para las mujeres a la educación, al voto, a ejercer cargos públicos, en el ejército o en la iglesia y a la propiedad privada”.
Atendiendo las necesidades que engloban el fortalecimiento de los derechos humanos, el Poder Judicial del Estado de Tamaulipas creó este año la Unidad de Igualdad de Género, un órgano administrativo que tiene como objetivos: 1) el difundir, promover y fomentar la cultura de equidad en el interior y exterior de la institución; 2) sensibilizar y formar a quienes imparten justicia en perspectiva de género para mejorar el acceso a la justicia de las personas; y 3) fomentar ambientes laborales libres de violencias y discriminación.
De acuerdo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, juzgar con perspectiva de género significa evaluar un caso específico tomando en cuenta los impactos diferenciados de la aplicación de la ley entre hombres y mujeres, dada la asignación de roles sociales en virtud del sexo, es decir, tomando en consideración las circunstancias que envuelven las diferencias que existen, desde biológicas hasta reales y socio-culturales. Esto es sólo un ejemplo de la importancia del tema para los órganos impartidores de justicia en el país y en el estado; no se debe juzgar solamente con perspectiva de género, sino actuar en general bajo estos principios.
Kofi Annan, originario de Ghana, fue Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), gran impulsar de la protección de los derechos humanos, ganador de premio nobel de la paz. Él decía que para lograr una verdadera igualdad se requiere una revolución cultural, no sólo datos estadísticos, y concuerdo con su pensar, para lograr una igualdad real de género se debe tirar cualquier tabú o paradigma, borrar de nuestras cabezas que la mujer forma parte de un grupo vulnerable, de un sexo débil, un cambio de mentalidad, imponer cuotas en los empleos para el sexo femenino no es la verdadera solución, pues eso no cambia el problema de raíz, en cambio, fomentar la cultura de igualdad desde los menores, desde un aspecto educativo y socio-cultural, no te cambiarían en un segundo, pero aseguraría una equidad en el futuro, una igualdad permanente.
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