El gran escritor argelino Albert Camus, considerado por algunos como el mayor exponente de la filosofía existencialista, señalaba que no existe la justicia, sólo los límites, con esta idea comienza la película belga “El Veredicto” (Het Vonnis). Un filme que se centra en la vida de Luc, una persona bendecida en la vida, con un trabajo de primer nivel, familia perfecta, ciudadano ejemplar, hasta que un delincuente asesina a su mujer y éste, al ser juzgado, es absuelto por un error de procedimiento judicial, como consecuencia, Luc decide tomar justicia por propia mano y vengarse, esto se vuelve una noticia viral, convirtiéndose en el asesino más querido en el país, causando un problema social de trascendencia nacional.
Lo importante de esa película, a pesar de lo bien llevada y entretenida de la misma, es que hace una seria crítica al sistema de justicia de Bélgica, sistema en el cual (como se logra apreciar en el argumento de la misma) muchas personas que cometen delitos salen absueltos de sus cargos por errores de procedimiento, tal situación ¿será problema únicamente de dicho país?
Podemos hacer remembranza del caso de la francesa Florence Cassez, persona que salió en libertad al habérsele violado sus derechos desde de su detención, es decir, por un error en el procedimiento penal desde un inicio, independientemente si existían pruebas que acreditaran su culpabilidad, como decía Álvaro Obregón: “La primera pendejada se comete, las demás son consecuencia”.
Los temas de seguridad y justicia son muy complejos, la ampliación de los derechos humanos, tiene muchos beneficios, sin embargo requiere de una mayor responsabilidad de los entes públicos que deben vigilar su respeto y cumplimiento, ya que la falta de ello, pueden acarrear la liberación de muchas personas que cometen ilícitos.
La globalización jurídica que se vive en la actualidad, que impacta a todos los países, es un arma de doble filo, pues si bien es cierto los derechos fundamentales de las personas son universales, las situaciones fácticas y sociales de cada país son diferentes, por lo cual deben aplicarse de diferente manera en relación a las condiciones de cada región, al margen de la cultura e historia de cada nación.
Al ver la película que comenté en un inicio, me hizo dudar si nuestro sistema jurídico mexicano es el adecuado para las circunstancias en la que vivimos en estos días, si países altamente desarrollados, con índices de impunidad menores que el nuestro, como el caso de Bélgica, ponen en tela de duda su sistema jurídico, nosotros también deberíamos reflexionar al respecto.
Se debe tener mucho cuidado con cualquier cosa, cualquier detalle, desde la elaboración de un oficio, la detención que hace el policía, hasta el dictado de una sentencia, cualquier situación aunque pareciera insignificante podría afectar que se juzgue como se debe a los humanos que cometen delitos.
A cualquier ser humano, independientemente de cualquier fechoría cometida, se debe tratar de una manera digna, pero si el malhechor sale en libertad por cuestiones ajenas a la persona que fue afectada, es decir, por errores del sistema que debe mantener el orden en una sociedad, ¿se podría llamar a eso justicia? Justicia para quién sería la verdadera interrogante, he ahí el dilema.
RECOMENDACIÓN SEMANAL: Están cordialmente invitados a ver de la película “El Veredicto” (Het Vonnis), misma que se proyectará en el Auditorio del Poder Judicial del Estado de Tamaulipas, este miércoles 18 de febrero a las 5 pm, entrada gratuita, donde al final estaré haciendo reflexiones sobre el filme, ojalá puedan acompañarnos.