Psicología

Dejar ir

Publicado el 02 de diciembre de 2014

Desde niña me a costado mucho el desprenderme de algo, cuando era pequeña y mi mamá me ponía a regalar los juguetes o ropa que ya no usaba, siempre me costaba tanto, pasaba horas viendo que podía regalar y al final me daba cierta nostalgia despedirme de todo aquello que algún día me causó felicidad, a pesar de que ya había transcurrido un buen tiempo que ni lo echaba de menos.

Conforme fui creciendo empecé a aplicar esa metáfora en mi vida, de como hay veces en las que vivimos aferrados a un pasado que ya no volverá, a una idea, un momento, una persona o situación que aunque muy en el fondo sabemos que tenemos que soltarlo, preferir tener a un lado esa pesadez innecesaria nos resulta mas fácil que enfrentar ese vacío y vivir negando lo predecible.

Es como una vieja fotografía que a pesar de que la observes un millón de veces ese momento es irrepetible, es bonito recordar pero vivir en el recuerdo desgasta nuestro estado emocional y conlleva a un lapso de tristeza y apatía. Por eso; es importante reconocer cuando algo ya caducó, manifestar el momento y aceptar que lo que alguna ves nos trajo beneficios a nuestra vida, hoy es solo un medio que estorba y nos limita a crecer. El abrirnos y liberarnos de todo aquello a lo que nos hemos resistido por muchos años, nos traslada hacia la libertad interior, como si nos quitáramos “un peso de encima” cuesta mucho al principio dejar a un lado todo aquello sin embargo al comprenderlo dejamos fluir ese espacio para que Dios y el universo nos presenten algo mejor que se acomode a nuestras necesidades y deseos. Es difícil que lleguen cosas nuevas cuando estamos cargados de historias y tiempos que quedaron atrás, tratando de controlar todo lo que no está en nuestras manos, somos personas cambiantes y móviles pero a veces vivimos en nuestra propia zona de confort por mucho tiempo ya sea por miedo o flojera y olvidamos lo grandioso que es soltar el pasado y abrirnos hacia nuevos horizontes y oportunidades. Todo en este mundo está en constante transformación, hasta nosotros mismos, somos y actuamos de diferente manera que algunos años atrás, es por eso que aceptar el cambio es escribir una nueva historia, explorar caminos y sobre todo al desprendernos la vida nos da una segunda oportunidad para dejar a un lado el ayer y comenzar de nuevo.

Libro que recomiendo: Walter Riso : Despegarse sin anestesia

Mariana Garrido Assad

Nací en Monterrey Nuevo León, pero soy Tamaulipeca y orgullosamente Victorense, una ciudad bonita, limpia y transparente, sinónimo de una ciudad amable. A lo largo de mi vida he aprendido la importancia de la familia, los valores, la unión, el respeto y sobre todo la igualdad hacia el prójimo.

Soy Lic. en Psicología Clínica graduada de la Universidad de Monterrey y actualmente hago mi maestría en Psicoterapia Breve Familiar y de Pareja, al igual trabajo en un kinder con niños de edades entre 1 y 3 años y por las tardes doy terapia en el DIF de San Pedro.

En mi tiempo libre escribo, ya que al escribir comparto mi opinión y pensamientos relacionados a la psicología y a otras áreas básicas del ser humano.

Mi familia siempre me enseñó que es mejor dar que recibir, ya que al dar sin esperar algo a cambio y el ser compasivos con los demás, la vida nos lo recompensa con alegrías y bendiciones a nuestro alrededor.