No fue obra de la casualidad que el sector vivienda fuera uno de los de mayor crecimiento en el sexenio anterior, tanto el Presidente Fox como el Presidente Calderón vieron en la construcción de vivienda a un incentivo ideal para reactivar la economía en México. Empresas como GEO, URBI y HOMEX aumentaron sus activos considerablemente.
En 2008, el sector vivienda mexicano logró su mejor año al vender más de 500,000 unidades. Los bancos veían con buenos ojos que las desarrolladoras contaran con reservas territoriales para 10 años y ésa era la referencia para otorgar créditos.
La situación cambio en un lapso muy corto. La nueva política de vivienda del presidente Peña Nieto que afectó la gran inversión realizada en reservas territoriales y el excesivo endeudamiento de dichas empresas generó una crisis en las grandes desarrolladoras. A casi un año de este problema, no se le ve solución a corto plazo. Las vivienderas que hace 5 años obtenían máximos históricos de venta y construcción de casas, hoy siguen sin obtener la formula exacta para reestructurar su deuda.
Pero no todas las constructoras de vivienda están en crisis. Algunas desarrolladoras de menor tamaño como VINTE, RUBA, JAVER, CADU entre otras han sabido manejar su deuda e implementar estrategias para continuar creciendo.
El no ser un aliado incondicional de los subsidios gubernamentales para la venta de casas, el beneficio de diversificar la oferta de vivienda y no basar su modelo de negocio en viviendas de interés social, el controlar la deuda como principio y no como una estrategia, han sido factores importantes para que las vivienderas medianas de México sobrevivan a la crisis y aprovechen la oportunidad de consolidarse como las nuevas grandes desarrolladoras del país.
Esta nueva generación de vivienderas encontraron su punto de equilibrio sobre principios de crecimiento continuo y sostenible, ofertando productos de calidad.
Lo que para algunos una crisis es momento de inestabilidad e incertidumbre para otros es momento de oportunidad y crecimiento. Esto es lo que ha hecho que la nueva generación de desarrolladores de vivienda vean un futuro alentador en el sector.