El buen manejo de la gobernabilidad
Por Enrique Diez Piñeyro Vargas
Recurrentes se vuelven los ataques dirigidos hacia el gobierno del estado de Tamaulipas y a la figura de su titular, el doctor Américo Villarreal Anaya, en buena parte provenientes del grupo gobernante que antecedió a la actual administración y hoy se sienten acorralados ante el centenal de carpetas de investigación en curso derivadas de sus actos de corrupción y pésimos manejos administrativos.
Pero también, muchos de estos ataques son orquestados desde el cuarto de guerra de grupos políticos incrustados en los colores de Morena, esos que manifiestan abiertamente que no han sido beneficiados como suponían que así ocurriría, por el simple hecho de pertenecer a la misma marca electoral.
Ejemplo de lo anterior, es el divorcio político entre el gobierno del estado con la actual administración municipal de Victoria. De ahí, el origen de una campaña negra en contra del gobernador y su familia dirigida desde el palacio del 17 Hidalgo, situación que únicamente encrudece un pleito estéril en el cual los únicos perjudicados son los habitantes de la capital del estado.
Con tristeza debemos señalar que este tipo de situaciones han llegado a normalizarse en el quehacer político originadas por la constante lucha por el poder. Conforme transcurra el reloj político con miras a los procesos electorales en los años 2027 y 2028, los ataques y descalificaciones subirán de tono, y es aquí, cuando el equipo cercano de colaboradores del actual gobernador deberá de actuar con mucha inteligencia.
En primer lugar, contar con una estrategia adecuada en el manejo y control de crisis que les permita identificar, contener y dar pronta respuesta a este tipo de situaciones de riesgos y amenazas, mismas que se irán incrementando mes con mes hasta la conclusión el periodo constitucional 2022 – 2028. Indispensable será contar con un adecuado plan de comunicación que sea coordinado y atendido a cabalidad por todas las partes involucradas.
De igual forma, identificar a todos aquellos personajes que por múltiples circunstancias se encuentran incrustados en la nómina gubernamental ostentado cargos de relevancia y no están comprometidos con el proyecto sexenal en curso, mismos que en su momento pondrán a la venta su alma al mejor postor, proporcionando información privilegiada y garantizar así sus cuotas de impunidad, o bien, buscar su continuidad en el erario público.
El buen manejo de la gobernabilidad implica una serie de prácticas y estrategias que busquen en todo momento mantener la estabilidad política, la eficiencia administrativa y la cohesión social en el estado. Lo anterior, requiere de la conformación de un equipo de gente capacitada con buenos antecedentes y experiencia en el quehacer de gobernar.
Aunado a eso, se tienen que consolidar aspectos claves y muy básicos como el preservar instituciones sólidas, el estricto respeto al estado de derecho, garantizar la seguridad y justicia a sus gobernados, impulsar la participación ciudadana, profesionalizar la planificación estratégica, contar con capacidad de gestión de recursos, fomentar la transparencia y rendición de cuentas, así como estar a la altura de la innovación y adaptación a los cambios sociales, económicos y tecnológicos.
Todo lo anterior se construye y se consolida poniendo en práctica la conjunción de dos palabras, que más allá de un slogan, permita en los hechos trascender como un legado para las próximas generaciones, como en algún momento así sucedió en este gran estado. La gobernabilidad y la prosperidad de nuestra tierra se cristalizarán con ¡VOLUNTAD Y TRABAJO!
“La gestión de crisis es un arte que requiere experiencia, habilidad y coraje”
– Rudolph Giuliani –