Del Abogado Amigo
La ley es la ley, tanto para Salinas como para la Presidenta
Por Luis Torre Aliyán
Recién terminaba de leer “Contribuir”, un capítulo del libro “No es normal” de la gran Viridiana Ríos, fue que elegí hablar en este texto de los dimes y diretes del empresario Salinas Pliego con la Presidenta de la República.
El capítulo del libro hace alusión a la desigualdad que crea en México la recolección de impuestos, cito: “pues permite que los ultraricos paguen menos de lo que les toca, que los ricos puedan evadir con múltiples abusos corporativos y que las personas que viven de sus rentas paguen menos impuestos que lo que paga alguien que renta una casa.” Bien, incluso la autora al justificar su tesis al respecto usa como ejemplo al empresario Salinas Pliego.
Es una realidad: Tanto Salinas Pliego como muchísimos empresarios con mucho menor capital, buscan cada año y cada mes, cómo pagar menos impuestos.
La Presidenta Claudia Sheinbaum recién contestó al exhorto que le hace Salinas para dialogar, que: “los tiempos de pactar en lo obscurito qué sí se paga y qué no, ya quedaron atrás… que la ley es la ley… se llama estado de derecho”
Confieso que me agradó tal postura. Pues se trató de una respuesta directa, con altura de miras, apegada a Derecho y sobre todo con visión de Estado, pues es una realidad, si el señor ya agotó en las instancias jurídicas todas sus posibilidades, ahora lo que debe hacer es acatar el resultado de dichas resoluciones y pagar los miles de impuestos que le debe su Grupo a la Hacienda Pública.
Pero, ojo, y es éste el ADN de mi opinión de hoy: a la Presidenta también le atañe la frase que empleó de “la ley es la ley”; ella también debe sujetarse a la constitución en el ejercicio de su mandato, garantizar la viabilidad y la gobernabilidad del Estado Mexicano.
Dice Viridiana Ríos en el libro que cité al principio: “No hay que olvidar que las personas de altos ingresos tienen una responsabilidad especial con México, no solo porque el país les ha dado mucho, sino porque día a día nuestro país les permite mantener sus negocios en pie.”
Me gusta reflexionar sobre esa óptica porque es poco comentada; pero soy de la idea que a la inversa se ve más claro: El Estado necesita de los impuestos para poder existir y cumplir con su naturaleza de garantizar derechos y otorgar servicios.
En conclusión, tanto a Salinas Pliego le corresponde contribuir con los impuestos cuya lucha en tribunales no tenga más ruta, y seguir pagando conforme a Derecho sin importar si el monto no le gusta.
Y de igual forma, a la Presidenta le corresponde acatar la ley, garantizar la seguridad, la igualdad, la salud, la educación, la infraestructura y las mejores prácticas para los mexicanos, que no tenemos porque soportar los pactos y actos ilícitos en su gobierno, ni la corrupción, ni los apagones masivos de luz como los que ocurrieron en Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
En resumen: la ley es la ley, para ambos, y para todos los ciudadanos mexicanos.